Después de Ferro: ¿acto anti-Bush o a favor de Kirchner, y cuál es la verdadera propuesta de Chávez?

Por Franco Reed

Podría decirse que el acontecimiento del viernes en el estadio de Ferro Carril Oeste fue un acto contra George W. Bush, pero parcial y con ciertas limitaciones. En primer lugar hay que señalar que el presidente venezolano Hugo Chávez, a pesar de su palabrerio, diatribas y demagogía contra "Mister Danger" o "El caballerito del norte" -que hace las delicias y el delirio de su público- no es consecuente a fondo con ese discurso. Efectivamente, hay que recordar que Venezuela es uno de los principales y más confiables proveedores de petróleo de los EE.UU. Lejos de recortar esta provisión, Chávez la ha profundizado. Por otro lado hay que ver quién fue su gran "socio" político en presencia y organización de ese acto: Kirchner y el kirchnerismo, es decir un gobierno amigo y de confianza de Bush. Un gobierno que ha cumplido con el FMI y otros organismos financieros y busca tener "muy buenas relaciones" con Washington. Claro que la foto que recorrió el mundo del abrazo patético entre Lula y Bush, dejan al brasilero como el más servil al imperio.

Los diarios del jueves y viernes de la semana pasada dieron cuenta del apoyo logístico y organizativo del gobierno K al bolivariano para realizar el acto, tanto en las segundas y terceras líneas kirchneristas como en el apoyo de sus "movimientos sociales". Esto incluyó un acuerdo para que las organizaciones de izquierda no kirchneristas que concurrieron a Ferro no silbaran ni abuchearan cuando se mencionara a Kirchner o a su Gobierno. Chávez agradeció puntualmente con elogios a Néstor Kirchner de todo tipo, y con decir que los dos eran "hijos de la misma crisis": él, del llamado Caracazo de 1989, y el santacruceño de los sucesos del 2001. Evidentemente, Chávez "olvidó" la presidencia de Eduardo Duhalde, y que Kirchner llegó al gobierno como su delfín. Los embellecimientos al gobierno K en persona ya habían ocurrido el viernes al mediodía; en Olivos se mostró exultante junto a Cristina y a Néstor, pinguina y pinguino, "reconstructores" de la burguesía y del capitalismo nacionales.

¿Qué plantea Chavéz?

Hugo Chávez plantea que quiere construir el "socialismo del siglo XXI", aunque sin aclarar a cuál socialismo se refiere, de qué tipo y de qué forma se llegaría a él. Pero como remarcamos en otra nota en El Mimeógrafo, este es un "socialismo" muy extraño. Más bien parece una especie de capitalismo de estado a la vieja usanza. Para empezar, las supuestas nacionalizaciones en Venezuela no fueron tales. Esto es porque hubo indemnizaciones y compras, en ningún caso se expropió a los capitalistas. En segundo lugar Chávez tiene una profunda relación con la población argentina...¡con sus capitalistas! El bolivariano viene a este país a asegurarse fuertes inversiones y a ofrecer pingues ganancias. Hace tiempo que está instalada en Venezuela la empresa Sidor, controlada por la multinacional argentina Techint. Chávez es gran amigo de -entre otros capitalistas argentinos- de Paolo Rocca, el mandamás y dueño del grupo Techint. Por eso llegó a decir que los empresarios argentinos "ya tienen cara de venezolanos" por lo simpáticos y bien que le caían.

Pero además, en estos meses, "adquirió" otra nueva amistad burguesa: nada menos que Gustavo Grobocopatel, el principal productor de soja de la Argentina, quién invertirá fuertemente en su país -tanto en materia prima, equipamiento y tecnología- a cambio de suculentas retribuciones. Por si quedan dudas, en el terreno del régimen político, Chávez busca enchalecar a la clase trabajadora: estatizando -acá sí- a la única central de trabajadores independiente de Venezuela (CCura) y formando un partido único, para disciplinar a las tendencias rebeldes que intenten hacer algo más que su populismo y capitalismo de estado.

En síntesis, creemos que el proceso político vigente en estos momentos en Venezuela sólo podrá avanzar con un claro programa socialista revolucionario y la autodeterminación e independencia de la clase trabajadora.