sábado, 24 de febrero de 2007

Invasión de EE.UU. a Irak: una condena para una bestia asesina

Por Milton Dumas

Los diarios de hoy, sábado 24, comentaron la condena de cien años de prisión para un soldado de EE.UU. que violó y asesinó a una chica iraquí y a toda su familia, en uno de los tantos actos criminales y de barbarie cometidos por el ejército norteamericano en Irak.

Después de violarla múltiples veces a la adolescente de 14 años, llamada Abeer Kassem Hamza al Janabi, los soldados mataron a sus padres y a su hermanita. Terminaron con ella pegándole un tiro en la cara. Y luego en un intento por encubrir el crimen los soldados quemaron los cuatro cuerpos. Fue una de las peores atrocidades cometidas por soldados estadounidenses contra civiles inocentes iraquíes. Tras haber admitido haber sido uno de esos cinco sádicos soldados, el sargento Paul Cortez, de 24 años, integrante de la división 101 aerotransportada de Estados Unidos, fue condenado ayer a 100 años de prisión. En noviembre, el soldado James Barrer, otro de los que participó en el hecho, fue sentenciado a 90 años de prisión.

Pero, si bien el juez lo condenó primero a cadena perpetua sin posibilidad de salir bajo palabra, así como a una baja con deshonor de las fuerzas armadas, se enteró luego de que bajo el acuerdo de culpabilidad que había realizado con el comando general de la 101a División, Cortez sólo podía ser sentenciado a 100 años de prisión, lo cual, según las normas militares, le permite la posibilidad de obtener la libertad bajo palabra después de 10 años.

Estos crímenes atroces recuerdan la crueldad con que soldados norteamericanos trataron a los prisioneros iraquíes detenidos en la cárcel de Abu Ghraib que tanto espanto provocó.

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