miércoles, 14 de febrero de 2007

Un testigo complicó más al policía acusado de matar a Rodrigo Corzo

Un testigo complicó hoy aún más la situación jurídica del policía que está acusado de matar de un balazo a Rodrigo Corzo en un presunto caso de "gatillo fácil", aunque también involucró en el hecho a su compañero y chofer del patrullero, al asegurar que los vio abrir las puertas del auto de la víctima.

La abogada María del Carmen Verdú, de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) y patrocinante de la familia Corzo, aseguró con este testimonio "quedó ratificada la manipulación del interior del auto" de Corzo.

La tesis de la querella es que, al darse cuenta de que había matado a un inocente, el oficial inspector Cristian Solanas, imputado del homicidio, y su compañero, el sargento Ariel Núñez, "plantaron" dentro del auto una pistola para simular un enfrentamiento.

El Tribunal Oral en lo Criminal 5 de Morón escuchó a los últimos ocho testigos y dio por concluido la etapa probatoria del juicio. El viernes, a las 9, se realizarán los alegatos de las partes, que primero estará a cargo de Verdú como querellante, luego el fiscal de juicio Patricio Pagani y por último el defensor, Roberto Babington.

El crimen de Corzo ocurrió el 28 de junio de 2003 pasadas las 2.30 en el acceso al puente Santa Rosa de Villa Tessei, partido de Hurlingham, cuando el oficial inspector Solanas disparó contra el automóvil donde se movilizaba el joven.

Solanas indicó que vio venir de frente un automóvil que había realizado una maniobra sospechosa, por lo que ordenó al sargento Núñez, que conducía el patrullero, que lo siguiera. Cuando los dos vehículos estaban por ingresar al puente Santa Rosa, Solanas disparó dos veces contra el rodado conducido por Corzo.

Una de las balas ingresó por el baúl del auto, atravesó los asientos y perforó el corazón del joven, quien murió enseguida.

En el juicio no se cuestiona si Solanas mató a Corzo de un balazo en la persecución, pero mientras el policía señala que desde el auto de la víctima efectuaron dos disparos, la familia sostiene que fue un caso de "gatillo fácil" y que en realidad el oficial "plantó" un arma para armar dicho enfrentamiento.

Respecto a este punto, un remisero complicó al inicio del juicio la versión policial al asegurar que vio el momento en que los dos policías del patrullero, entre ellos Solanas, se acercaron al auto de Rodrigo, abrieron la puerta del acompañante y luego escuchó un disparo.

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