sábado, 24 de febrero de 2007

Una investigación demuestra la magnitud de la discriminación en los EE.UU.

Por Franco Reed

En apenas siete minutos, un documental presenta los testimonios de adolescentes que cuentan cómo crecieron escuchando —muchas veces, casi siempre, de boca de sus propios padres— que la piel es más fea cuanto más oscura, que los chicos negros son menos inteligentes y que el cabello rizado es menos atractivo que el lacio y rubio.

El psicólogo Kenneth Clark ya había hecho un experimento similar en 1950, mostrando el daño que producía en la autoestima de los chicos negros criarse en una sociedad atravesada por la segregación racial. Casi 60 años después, Kiri Davis, una estudiante afroamericana de 17 años, de un secundario de Manhattan, quiso demostrar que muchos de esos estereotipos siguen vigentes en el inconsciente colectivo. Y lo hizo con un cortometraje simple, pero de una contundencia devastadora. "A girl like me" (Una chica como yo) comenzó ganando premios en festivales el año pasado, hasta que se convirtió en una pieza de difusión en Internet y estalló en los noticieros de la televisión.

Es evidente que en los Estados Unidos -principal potencia imperialista-, la discriminación, la opresión y la explotación también se generan brutalmente contra sus propios trabajadores, inmigrantes y clases subalternas.

Podés mirar el documental completo abajo, linkeado desde Youtube.

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